Van pasando los días y con ellos el trabajo de estos días. En esta primera semana nos estamos acercando a las distintas realidades donde está en la Compañía, y una de las constataciones que hacemos, es la gran cantidad de personas, hermanas, laicos y laicas que trabajamos conjuntamente, que nos apoyamos con el recuerdo, con la oración. Muchas veces son trabajos que no se ven tanto pero que son muy necesarios para que la vida de la Compañía vaya adelante.
Igual sucede en el Capítulo. Todas estamos poniendo lo mejor de nosotras, pero queremos reconocer el servicio de dos hermanas que desempeñan el servicio de “secretaria” aunque con funciones diferentes.
La primera, Mariola Iglesias, fue elegida Secretaria del capítulo en la primera sesión capitular. Su función es ir recogiendo en las actas todo lo que en la sala capitular va desarrollando. Supone ir sintetizando cada sesión, elaborar el acta, y enviarla a las hermanas capitulares para que la revisen y pueda ser aprobada a la mañana siguiente. Un trabajo diario y constante que agradecemos ahora, y que sin duda también valorarán otras hermanas cuando, en el futuro, necesiten conocer o recordar algo de lo que estos días se va viviendo. ¡Gracias Mariola!
La segunda, Lourdes Badenes, asiste al Capítulo como secretaria técnica y su misión es facilitar y apoyar en todo lo necesario para el buen funcionamiento de este. ¿Y qué es “todo”? Pues, en primer lugar, todo lo que necesita la Comisión del Capítulo en cuando a documentos, fotocopias, material, archivos, carpetas en el drive… También cuestiones relacionadas con la tecnología, internet, con los micrófonos y pantallas. Además de prestar la ayuda necesaria en la secretaría técnica, está apoyando en comunicación haciendo fotos y videos. De alguna manera está siendo los ojos que captan lo que las demás personas que no están en la sala pueden ver. ¡Gracias Lourdes!
Una vez más constatamos que el trabajo que no se ve es necesario y facilita todo lo demás.