Hace ya días que finalizó el Capítulo general; ¿qué más podemos decir? Más que “decir”, queremos compartir la despedida y lo que a través de ella hemos experimentado. Después de cuatro semanas de convivencia y discernimiento en común, nuestra tienda se ha ensanchado, y al hacerlo, se ha llenado de otras voces, lenguas, culturas, nombres, recuerdos, promesas…
El día 1 de octubre comenzamos a salir de Tortosa, pero los destinos eran diferentes y también los medios de transporte: unas en autobús, otras en coches, unas hacia estaciones de trenes, otras a aeropuertos, o a comunidades más o menos cercanas. De igual forma el día 2, más hermanas viajando rumbo a sus países, de nuevo aeropuertos y trenes. Otras se quedaron algún día por España para visitar las sedes de la Fundación Escuela Teresiana y algunos de sus colegios, también FundEO…
De una forma u otra, todas en camino. Y mientras nos íbamos separando, y poco a poco retomando la actividad y encontrándonos con nuestras comunidades, el grupo de WhatsApp de las hermanas capitulares seguía funcionando. No es una novedad que un grupo se active al separarse las personas que lo componen, pero lo que queremos compartir es que el tono de los mensajes y las fotos son evidencia de lo vivido en el Capítulo: un profundo amor a la Compañía, a la misión confiada, al momento que como congregación vivimos, a ese reconocer que nos necesitamos, que el encuentro desde lo que cada una somos nos enriquece y se vuelve bendición para los demás, que el carisma se recrea con cada matiz que aportamos y que Enrique de Ossó nos ha unido profundamente en torno a él como hijas suyas. Es bonito reconocer hecho vida lo que dice el Papa Francisco: “El Espíritu Santo construye comunión (…). Él es quien suscita una múltiple y diversa riqueza de dones y al mismo tiempo construye una unidad que nunca es uniformidad sino multiforme armonía que atrae” (EG117).
Los mensajes que nos hemos ido enviando llevaban el sello del cariño; mientras unas escribían “ya en casa”, otras nos decían, “esperando en el aeropuerto”, o “acabamos de salir”, o “acabamos de llegar”, “ya en la comunidad”, “graças a Deus. Boa noite”, “ya estamos en la comunidad de Ganduxer. Almorzamos en la comunidad de Nàpols. Las hermanas de las dos comunidades maravillosas en su acogida”, y otras “una belle journée de visite. Merci encore à la FET et félicitations”, “ya hemos aterrizado, un viaje buenísimo”, “ya estamos en Miosotis, tan acogedoras las hermanas como siempre”, “aterrizadas, ahora camino a casa”. Impresionante experimentar que, aunque físicamente nos hemos separado, permanece la cercanía.
En cada lugar será la transmisión del Capítulo general según lo programado por las Provincias, y el día 15 de octubre, festividad de Santa Teresa de Jesús, se compartirá el Horizonte para los próximos ocho años, pero estamos seguras de que el documento, las concreciones y acuerdos llevan también inscritos la experiencia vivida, una experiencia que nos llena de alegría y a cada una donde estamos nos pone en camino, porque “La alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera” (EG 21).
Por eso compartimos con sencillez “nuestro álbum de familia” construido con las fotos que espontáneamente nos fuimos enviando del 1 al 5 de octubre.
